Cristianismo
SARCOFILICO versus
cristianismo SARCOFOBICO
o, Evangelios Biográficos versus Evangelios Discursivos.
El «Seminario de Jesús», nacido
en 1985, consiste en un grupo de investigadores que reunidos tienen la
intención de examinar el NT y otros escritos cristianos, con el propósito de
ver qué acuerdo hay de la autenticidad histórica de cada uno de los dichos de
Jesús. Uno de sus integrantes es John Dominic Crossan; él es un teólogo
americano irlandés quien desde el año 1969 realiza investigaciones sobre Jesús.
Es codirector del «Jesus Seminar» y catedrático emérito de la Universidad
DePaul (Chicago).
Para Crossan, el nacimiento del
cristianismo es la interacción entre el Jesús histórico y sus primeros
compañeros y la continuación de esta relación a pesar de su ejecución. En esta
línea que va de Jesús a sus primeros seguidores, existiría un dualismo entre
carne y espíritu derivado del generalizado platonismo de la cultura
contemporánea a Pablo. Este dualismo de la carne por sobre el espíritu llevó a
toda una gama de actitudes, una de ellas; el descuido del cuerpo. Ahora bien,
para el doctor Crossan esta dicotomía no es nueva, y estaba presente ya en el
judaísmo tradicional y el helenístico. Esta dicotomía recibe por un lado el
nombre de SARCOFILIA, vocablo proveniente de la palabra carne (sarx) y amor
(philia); a lo que nuestro autor también llama monismo del espíritu revestido
de carne. Por otro lado, tenemos al dualismo de carne contra espíritu, llamado
SARCOFOBIA (miedo a la carne). En base a estas definiciones, Crossan dice que
nos enfrentamos con “una profunda brecha en la conciencia occidental, con la
gran línea divisoria entre una sensibilidad sarcófilica y otra sarcófoba”,
¿porqué?
El punto de vista sarcofílico, es
un punto de vista favorable para el cuerpo y se opone al punto de vista
sarcófobico o monástico. Estas distinciones Crossan las usa para entablar su
tesis de los orígenes del cristianismo, ya que la intrascendencia de la carne
humana y la irrealidad de la carne divina planteaban a los primeros cristianos
un problema serio y profundo con respecto a Jesús, ya que, si él era divino, el
problema era como podía ser que fuera, al mismo tiempo humano. En este punto
Crossan hace notar la diferencia entre una cristología de tipo encarnacional y
otra de tipo docética que le atribuye a Cristo un cuerpo aparente. Pero, además
esta disyunción entre estas dos realidades, basado en la humanidad de Jesús;
específicamente en su “carne”, es la mejor explicación del choque entre los
tipos de evangelio. “Explica cómo los evangelios biográficos, los
evangelios programáticos del cristianismo sarcófilo, y los evangelios
discursivos, los evangelios programáticos del cristianismo sarcófobo, se opusieron
entre sí. También explica cómo los evangelios de dichos, que eran más
primitivos y pudieron moverse en una u otra dirección, se vieron condenados por
esa misma ambigüedad”. En otras palabras, esta distinción entre tipos de
cristianismo hizo posible que unos evangelios fueran incorporados y otros no.
Cabe precisar que esta distinción
de “evangelios”, es decir; evangelios discursivos y evangelios de dichos, son
de importancia fundamental para Crossan, ya que son formas de contar la
historia de Jesús. Crossan distingue entre 4 “tipos” de evangelios: a) evangelios
de dichos, que contienen colecciones de palabras de Jesús, como por ejemplo
la fuente Q y el evangelio de Tomás, b)
evangelios biográficos, representado por los 4 evangelios canónicos, c) evangelios discursivos, que narran
la historia de Jesús posterior a su resurrección, ejemplo sería el Apócrifo de
Santiago, d) evangelios
biográficos-discursivos, que son del tipo híbrido, como por ejemplo la
Carta de los Apóstoles. En definitiva, “los evangelios biográficos insisten en
la total historicidad encarnada de Jesús, mientras los evangelios discursivos
consideran radicalmente equivocada esa insistencia”. O, como hemos dicho hasta
este minuto, había una pugna entre un cristianismo del tipo sarcofílico y otro
de tipo sarcófobico.
Para ir cerrando este breve
comentario, Crossan nos dice que su preferencia está del lado del cristianismo
sarcófilo, o sea; prefiere los Evangelios Biográficos por sobre los Evangelios
Discursivos producidos por un cristianismo sarcófobo. Y lo admite “sin negar el
estatus de cristianos a los cristianos sarcófobos, sin describirlos
desfavorable o injustamente y sin pensar que la persecución es la mejor forma
de persuasión”. En este punto, el especialista en cuestión subraya que en la
teología cristiana ha triunfado, sin embargo; una sensibilidad sarcófoba por
sobre la sensibilidad sarcófila. Sobre este último punto, la propuesta de
Crossan es acentuar el hecho de que los Evangelios Canónicos o Biográficos se
remontan al Jesús Histórico en su patria judía, hablando directamente a su
situación y comunidad inmediatas, dándose entonces, de acuerdo a lo que nuestro
autor dice; una dialéctica de entonces-y-ahora, de entonces-como-ahora, es
decir; del Jesús histórico de entonces como Jesús resucitado de ahora. Esta
dialéctica de entonces y ahora sigue manteniéndose, donde; los evangelios
crearon una interacción entre el Jesús histórico y Jesús resucitado, y esa interacción
debe ser repetida una y otra vez a lo largo de toda la historia cristiana. En
definitiva, la propuesta de Crossan es que “el Jesús de entonces se transforma
en el Jesús de ahora, cómo el Jesús histórico se transforma en Jesús resucitado
y cómo, aunque se pueda tener historia sin fe, no se puede tener fe sin
historia. En cada generación el Jesús histórico tiene que ser reconstruido de
nuevo y esa reconstrucción tiene que transformarse por la fe en el rostro de Dios
aquí y ahora”.
© Lic. Teol. César Moreno González
Fuente:
CROSSAN,
John Dominic. El Nacimiento del Cristianismo. Editorial Sal Terrae. Santander
2002.
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